Cristina L. Felipe / El Progreso (O Vicedo)
Óscar Rolle no recuerda cuando le surgió la vocación de volar pero sí que siempre le «apasionaron» los aviones y ya de bien pequeño jugaba con los simuladores de vuelo en el ordenador. El que antes era un entretenimiento ahora es su profesión, ya que se formó y consiguió ser, por ahora, primer oficial -copiloto- de un Boeing 737-800 de transporte de pasajeros de la compañía irlandesa Ryanair.
El proceso de formación empezó en A Coruña, entre la universidad y la escuela de pilotos Aeroflota del Noroeste. Cuenta que después estudió para instructor de vuelo, ya que le parecía «que era la mejor forma de conseguir experiencia en aquel momento». Esta etapa no fue fácil, pues «la formación es muy concentrada y se pode hacer dura. Sólo contábamos con un mes de vacaciones al año, ya que era muy importante aprovechar el buen tiempo para llevar a cabo las prácticas de vuelo», recuerda.
Ahora ya adquirió experiencia pero Óscar Rolle no podrá olvidar su primer vuelo.